A lo largo de los años los medios de comunicación han servido para informarnos de lo que esta pasando a nuestro alrededor, pero a medida que va pasando el tiempo se han vuelto formadores de opinión para las personas. Si bien lo primero que debe hacer un medio de comunicación es transmitir la información, también dan a conocer, disimuladamente u otras veces muy bruscamente, la forma de pensar que tienen, de distintas maneras, como en el zócalo de un noticiero o de los mismos periodistas. ¿Qué queremos decir con esto? Hoy en día la mayoría de los comunicadores son subjetivos, deben informar según la bajada que les da el medio. Hay medios sensacionalistas que es lo que llama la atención a la gente ya sea por: Títulos, Imágenes, Tipografía de la Letra y demás.
Esto hace que nos preguntemos, ¿Para que están? ¿Para informar o para opinar? Si bien la forma de pensar es diferente en cada individuo, los medios hacen que muchas personas tengan una ideología parecida. ¿Cuántas personas repitieron la opinión que tuvo un periodista al hablar de un tema, "este equipo jugo mal", "esta ideología política es la mas convincente". Si bien a lo largo de la historia hemos crecido como sociedad y hemos ganado en tecnología, creemos que perdimos en objetividad.
Te estarás preguntando ¿Por qué a medida que pasan los años se está perdiendo el pensamiento de ser objetivo sobre un tema? Te podemos responder esa pregunta con otra: ¿Cuántos medios controlan la Argentina? A lo largo de los años se fue masivizando de los grupos. Pequeños diarios se fueron convirtiendo en grandes empresas que controlan diferentes radios, medios televisivos, páginas web. Una de esas empresas fue la del grupo Clarín, que se fue expandiendo por todos los medios y que hoy son grandes formadores de opinión de mucha gente.
¿Qué podemos hacer para no caer en las manos de esos grupos que nos exprimen hasta sacarnos la ultima gota de pensamiento independiente que tenemos? La respuesta es fácil: piensen distinto cuando vean que la opinión del medio es incorrecto. Den a conocer su pensamiento porque solo la sociedad puede hacer que la objetividad vuelva.
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